Hace un mes exacto que no escribo, ya estaba extrañando hacerlo.
Siempre es bueno estar de vuelta, volver a lo bueno, a recordar los buenos tiempos en los clubs, como dice Fito. Durante el descanso, antes de levantar el vuelo otra vez, pueden ocurrir muchas cosas porque, aunque no lo paresca, también habrán obstáculos cuando no se vuele.
Cuando no se escribe o no se vuela uno vuelve con más ganas de hacerlo, con más habilidad y más experiencia. Cada vez que vuelvo a mis cortos tiempos de entusiasmo por escribir salen de mí cosas muy distintas a las anteriores que solía escribir. A veces me siento raro al leer cosas propias viejas y hasta quedo sorprendido por mis gustos por ciertos nombres de personajes, situaciones extrañas y otras cosas que ahora han cambiado por completo.
Hay cosas que desgastan y agotan el alma. Hay q ser el malo, hay que ser el escudo, hay que ser valiente(tema que me falta tratar) y hasta a veces hay que salir de aquí. Cada golpe duro se lo recibe con dureza y sin protección, pero eso no quiere decir que no pueda haber un contraataque. Cada golpe le enseña al cuerpo a aguantar otro más duro y a saber defenderse de uno más. El refugio es la familia, el refugio es una persona, el refugio es uno mismo, el refugio está en los amigos...nosotros decidimos nuestros refugios. Hay que asumir el papel de dragón guardián y proteger al desprotegido. Hay que sacar fuerzas de donde no las hay para evitar caer y superar obstáculos, ya sean aéreos o terrestres.
Uno no se da cuenta de cuánto vale. Hallar el brillo de una espada en uno mismo es una virtud invaluable. Reconocerse a uno mismo como a alguien con potencial y fuerza como para defender y atacar es vestirse de caballero y montarse a un dragón y a asumir el riesgo de caer de éste. Levantar la espada, protegerse con el escudo y mostrar el brillo de ambos es estar de vuelta.
Estar de vuelta es llegar a ser esa persona ideal, lo que uno espera de uno mismo. Estar de vuelta no significa volver a ser quien antes fuimos, sino regresar a lo q nuestra mente pretende ser, hasta llegar al final del vuelo con el alma pura, los obstáculos abajo y sobre todo la fuerza intacta.
Por eso yo estoy de vuelta.
El anverso del horror
Hace 8 meses
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