SER EL MALO

En la mitología medieval se ralatan muchas historias de caballeros que combaten contra dragones para proteger su reino, o a su princesa, caballeros llenos de coraje que van a enfrentar a bestias indestructibles midiendo menos de dos metros con una espada y un escudo.
Sin embargo mi dragón no es aquel que se roba a la hermosa hija de un rey, sino que es el arma del caballero.
En una batalla a muerte entre un dragón y un caballero está presente mi dragón, presente en el alma del caballero. Es el coraje lleno de fuego que le da al caballero el poder y la valentía para blandir una espada y defenderse con un escudo contra un ser de tamaño y fuerza inmensas.
Mi dragón se vería como el malo de la leyenda.

Me preguntaron qué pasa si el dragón muere, o si el caballero montado en el dragón muere. ¿se habrán logrado los objetivos? Piensen en don Quijote luchando contra los Molinos.

"Fue cuando el dragón abrió su enorme boca y emanó fuego con una furia infernal. Su enemigo era también de plata, plata que no cedía, plata que no moría. Su vida dependía de ese preciso momento. Podía dejar de luchar, cerrar su boca y morir, pero no, el dragón apoyó sus cuatro poderosas patas en el suelo y luchó con aún más furia".

Aún así el dragón murió, pero no dejó ni una sola huella de rendición o arrepentimiento, siguió luchando por su vida y sus ideales hasta el último instante de su vida. Entonces, ¿morir es estar hecho de plata?

Mis abuelos murieron no hace mucho tiempo, y cada uno dejó tras sí un camino plateado y un batir de alas que sucumbieron al mundo. Me dejaron a dos increíbles seres, mis dragones de plata, y a otros siete dragones que están siempre vigilantes. Elegieron también robarse a dos princesas y protegerlas hasta el último rastro de fuego que pudieron dejar.

Lo dejé muy claro entonces. Si el Dragón de Plata muere jamás pierde. Ser un jinete, alcanzar a montarse en este ser y luego perder la vida es elevar el rugido eterno de dragón al cielo para demostrar que ni siquiera la muerte es el final del viaje del dragón.

19 de mayo de 2007

1 Comment:

Julio Peñaloza Bretel said...

La vida más allá de la vida. La muerte como parte de la vida. La vida, continuación con la muerte. La lucha, la fusión entre el estar y el ser. La convicción de ir más allá del más allá. La vida es infinita con muerte incluída. La literatura es una forma de prolongación de la existencia. Escribir es una forma de situarse en el mundo.

 
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