Un viaje inicia, otro termina, luego posiblemente se emprende otro y otras veces se cambia de rumbo. A veces es inevitable que se tome otro camino, uno lejos de lo que se conoce, de lo que a uno está acostumbrado. Duele, duele dejar todo un mundo aunque sea por un día, duele pensar que uno nunca aprovechó lo suficiente su vida antes de marcharse, duele malgastar oportunidades, duele encontrar el sentido del viaje justo antes de partir para tomar otro diferente. Duele tomar caminos separados.
Tomar una vía distinta es iniciar la búsqueda de algo nuevo, de algo que uno nunca encontró, algo que faltaba. Puede que la experiencia sirva, puede que no; puede que se encuentre lo que se busca, puede que no.
En fin, hay cosas que no se pueden evitar. Así como un lazo indestructible, algo tan fuerte capaz de durar siglos, algo inevitable.
Cada uno construye su destino y elige los materiales a usar. Tomar un camino separado es eso: la búsqueda de un sentido de vida, el intento de descubrir la verdad. Llegar al final del camino significa coraje, valentía, objetividad, inteligencia, honestidad, honor y dignidad.
Pero, ¿qué si el sentido de la vida se encuentra justo antes de iniciar un nuevo viaje? Ciertamente, inevitable. La decisión de partir o no está ahí. ¿Es ese el sentido?
La promesa se hace y nunca se deshace. Aunque el sentido de todo, la verdad que siempre habíamos estado buscando, estaba ahí, a veces es oportuno tomar un camino distinto y alimentar la mente, encontrar nuevos retos, vivir experiencias, hacerse más fuerte. Nadie dijo que el reencuentro no existe. Ese sentido, esa estrella, sigue ahí intacta, posiblemente más brillosa, pero sigue ahí.
La promesa de encontrar de nuevo el sentido de vivir, la promesa del regreso.
Los caminos separados tienen un mismo fin: el reencuentro, la promesa por cumplir, el descubrimiento de la estrella.
Los caminos separados no son eternos, tienen distintas rutas pero el mismo destino. En fin, hay cosas que no se pueden evitar.
CAMINOS SEPARADOS
Por Andrés Peñaloza Lanza el martes, julio 24, 2007 5 comentarios
ES BUENO ESTAR DE VUELTA
Hace un mes exacto que no escribo, ya estaba extrañando hacerlo.
Siempre es bueno estar de vuelta, volver a lo bueno, a recordar los buenos tiempos en los clubs, como dice Fito. Durante el descanso, antes de levantar el vuelo otra vez, pueden ocurrir muchas cosas porque, aunque no lo paresca, también habrán obstáculos cuando no se vuele.
Cuando no se escribe o no se vuela uno vuelve con más ganas de hacerlo, con más habilidad y más experiencia. Cada vez que vuelvo a mis cortos tiempos de entusiasmo por escribir salen de mí cosas muy distintas a las anteriores que solía escribir. A veces me siento raro al leer cosas propias viejas y hasta quedo sorprendido por mis gustos por ciertos nombres de personajes, situaciones extrañas y otras cosas que ahora han cambiado por completo.
Hay cosas que desgastan y agotan el alma. Hay q ser el malo, hay que ser el escudo, hay que ser valiente(tema que me falta tratar) y hasta a veces hay que salir de aquí. Cada golpe duro se lo recibe con dureza y sin protección, pero eso no quiere decir que no pueda haber un contraataque. Cada golpe le enseña al cuerpo a aguantar otro más duro y a saber defenderse de uno más. El refugio es la familia, el refugio es una persona, el refugio es uno mismo, el refugio está en los amigos...nosotros decidimos nuestros refugios. Hay que asumir el papel de dragón guardián y proteger al desprotegido. Hay que sacar fuerzas de donde no las hay para evitar caer y superar obstáculos, ya sean aéreos o terrestres.
Uno no se da cuenta de cuánto vale. Hallar el brillo de una espada en uno mismo es una virtud invaluable. Reconocerse a uno mismo como a alguien con potencial y fuerza como para defender y atacar es vestirse de caballero y montarse a un dragón y a asumir el riesgo de caer de éste. Levantar la espada, protegerse con el escudo y mostrar el brillo de ambos es estar de vuelta.
Estar de vuelta es llegar a ser esa persona ideal, lo que uno espera de uno mismo. Estar de vuelta no significa volver a ser quien antes fuimos, sino regresar a lo q nuestra mente pretende ser, hasta llegar al final del vuelo con el alma pura, los obstáculos abajo y sobre todo la fuerza intacta.
Por eso yo estoy de vuelta.
5 de julio de 2007
Por Andrés Peñaloza Lanza el jueves, julio 05, 2007 0 comentarios