EL SOL DE TUS OJOS

El regalo más lindo que puedo darte es darte mi amor siempre, a través de todos los cielos, a través de los mares, a través de las montañas, a través de la lluvia, a través del tiempo, a través de lo imposible, porque al final fue eso lo que logramos demostrar: que a pesar de todo lo que acabo de mencionar, lo más hermoso y valioso que tenemos sigue intacto: nuestro amor.

Haber llegado hasta aquí es amar de verdad.

Hoy quiero regalarte mis ojos, que son lo que siento por ti cuando me miras, hoy quiero darte todo lo que tengo y lo que hasta hace poco faltaba por darte, hoy quiero inventarte cosas imposibles, hoy quiero darte la luna y las estrellas, el Sol y las nubes, hoy quiero ser tuyo y de nadie más, como hace exactamente un año.

Recuerdo un día al Sol de la mañana, con un fresco viento que soplaba moviendo mi pelo y el tuyo y nos hacía achicar los ojos para mirarnos, sonriendo ambos, como si algo estuviéramos planeando, o como si no existiera nadie más que el otro. Es como en ese día como yo te miro a los ojos todos los días, mientras sonríes, como miro a ese hermoso Sol que me lleva al único lugar donde ya nada ni nadie más importa, sólo tú.

Aprendí mirando ese Sol que la eternidad sí existe. No importa cuán lejos estemos, ese lugar estará ahí siempre para los dos, y lo que siento por ti también. Después de tanto caer y volver a levantarnos, de tirarnos rayos y estrellas, seguimos aquí. Lejos, en el futuro, seguirá marcado en mí el brillo del Sol de tus ojos, y el hecho de que te amé, te amo y te amaré como a nadie en la infinidad. Esa es la eternidad.

Ya no hay a dónde más llegar, contigo toqué el cielo y todo lo que está en él, pero lo que aún falta por hacer es explorarlo. Llegué a sentir cosas que nunca pensé sentir. Descubrí un mundo contigo.

Hemos pasado por cosas duras, y aún nos falta más por vivir, pero quiero que sepas que esa eternidad estará intacta, y que ese lugar que me regala el brillo de tus ojos, y ese Sol, estarán ahí para siempre.

4 de agosto de 2008

NUEVAS ALAS

Ha pasado ya más de un año desde que empecé a escribir aquí, un año desde que encontré a mi corazón, once meses desde que me fui, otros cuantos desde que me descubrí a mi mismo, casi tres desde que escribí por última vez y 23 días desde que regresé. Aquí comienza una nueva etapa para mí. A partir de este texto todo será diferente.


Cada día de cada estación del año me ha enseñado en once meses lo que otra persona tardaría en comprender tres o cuatro años. Es por eso que quiero invitarlos a volar conmigo y descubrir qué se esconde entre el otoño, el invierno, la primavera y el verano de un lugar que llegué a comprender y a amar como difícilmente podré volver a hacerlo.


Entre la nieve que cae, el Sol ardiente atraviesa las hojas secas que caen sobre las flores recién nacidas, mientras las olas del viento vienen y van, agitando las olas del lago, que ve y refleja desde abajo al Dragón de Plata, más grande, más brillante y más fuerte que nunca.

2 de agosto de 2008

EL AMOR EN TIEMPOS DEL SOL

Me quedo observando las plantas a mi alrededor, los insectos volando, el cielo celeste, más lejos el lago, los yates que navegan en él, los barcos, los veleros, los patos, y más al fondo la otra orilla, interminable y con varios techos de casas brillando por el reflejo del ardiente Sol de principios del verano. Sólo se escuchan a los pájaros cantar por todos lados, el roce de las hojas que se mueven por el viento, cada cuarto de hora las campanadas de la iglesia del pueblo y de vez en cuando a los autos pasar. La mezcla del Sol, el viento y las palabras hizo de esta estación la más hermosa del año, y la mejor que he vivido en 17 años.

A diferencia del cólera, es el Sol el que marca y define estos últimos meses que me quedan aquí. Existe un contraste entre lo que ahora vivo yo, a orillas del lago y disfrutando de 20 grados centígrados, y lo que se vive en mi país, no sé si a menos de 5 grados o a más de veinte, porque no importa cuándo, eso siempre varía. Sin embargo, el contraste mayor es el hecho de que pueda disfrutar del silencio del viento viendo una ciudad en paz, y que mi familia no pueda encontrar ese silencio ni leyendo el períodico mientras desayuna un domingo.

El cólera de Bolivia es la incapacidad de ver más allá de los propios intereses, guardar un rencor repugnante, clasificar a quienes viven en la misma tierra por color de piel u origen, por el lugar en el que viven, por cuánto dinero ganan, por lo que opinan, por lo que hacen y hasta por aportar al país con lo que se pueda. No importa lo que hagas, o estás de un lado o estás del otro, pero no puedes estar al medio, y no importa de qué lado estés, ambos son el enemigo.

Descubrí entre las palabras a un escritor maravilloso. Al leerlo, uno aparece en una realidad que poco a poco se transforma en fantasía sin salirse de los límites de lo posible, y mientras se está navegando en un río del Caribe, uno de pronto aparece dando un viaje en globo aerostático entre el mar y el continente. Fue gracias a él que encontré gran parte de lo que quería encontrar aquí hace tanto tiempo, y justo pocos meses antes de partir: a mí mismo.

El amor en tiempos del Sol. El mismo título menciona que mi tema no es el cólera de Bolivia, ni el lago, ni el escritor maravilloso, ni yo mismo, sino todos al mismo tiempo. El título es la mezcla de una pequeña parte de lo que logré entender durante 8 meses. ¿Y el amor? El amor también logré entenderlo mejor y de varias maneras, no como en mis otros texos.

El amor en tiempos del Sol es ahora, mayo de 2008 en Rüschlikon, Zürich, a las dos de la tarde en el jardín de mi casa sin nadie más que yo admirando el lago, el eterno lago, y escuchando cómo la primavera se transforma en verano. Aprendí cosas tan profundas que no se pueden escribir, tanto por su profundidad como por su secretismo, y porque poca gente las entendería.

Un Sol en la otra orilla del lago me ayudó a darle una respuesta al por qué vine aquí y me explicó el mundo sin hablarme. Fue el día que el verano empezó.

Quién sabe, tal vez algún día vuelva a disfrutar de este verano y vuelva a ver ese Sol.

10 de mayo de 2008

EL QUE TE QUIERE NUNCA MUERE

Todo el mundo quisiera que bajes de las nubes en tu paracaídas aterrizando delante de tu casa para visitarnos aunque sea una vez más, no porque dejaste una de tus misiones incompleta, sino para festejar contigo(¡tanto que te gusta festejar!) que hayas cumplido todas. Ni siquiera un libro de varios tomos podría contar toda tu vida y todos tus logros, porque tu historia va más allá de los hechos. Cada misión que cumplías era parte de una gran misión que acabaste por cumplir con tanto éxito: construir una familia.

No había nacido aún cuando tú luchabas por la libertad de más de una persona arriesgando tu propia vida, pero sé que así fue porque todo el mundo lo recuerda y te da las gracias, “porque hoy vivimos en democracia”. Qué historias más alucinantes las que tuviste. ¿Quién podría escapar de la injusta cárcel dictatorial oculto en un turril minutos antes de una posible muerte? James Bond, quizás, pero luego nadie más que tú. Te fuiste feliz, mientras que la gente a la que te enfrentaste y la pusiste en su sitio sigue aquí sin poder irse, y no son ni felices ni dignos de vivir. Way que al final nunca muere el que no teme morir.

La memoria tal vez más remota que tengo de mi propia vida es un día que pasé contigo y mi papá en el lago, no sé si pescando o solamente admirando el horizonte, desde un bote que mi mente recuerda alto y estrecho, tenías que alzarme para que pueda ver el agua y el Sol en el atardecer. Tú tenías una chaqueta gris, me acuerdo bien, y la energía de un atleta, yo tenía tres o cuatro años solamente, el pelo aún rubio y enrulado y la mirada fija en mi abuelo, que mi explicaba cosas que hoy ya no recuerdo, pero que seguramente mi inconsciente sí, y que me servirán para siempre.

Cada cosa que reparabas o te la ingeniabas para inventar. Mil juguetes ahora ya regalados vivieron el doble de lo debido gracias a ti, “abuelito arreglador”. ¿Qué hubiera sido de nosotros sin ti cada navidad? Creo que ya tenía más memoria y el pelo más oscuro cuando cada diciembre iba a visitarte y ayudarte a armar el árbol y el altar del niño. Para el 24 de diciembre la chimenea era un pilar de luces de varios colores, arriba Belén de noche, dibujada como con los dedos, abajo un altar pequeño con varios animales, los tres reyes, José, María y Jesús, cuando aún no podía hablar. En la punta de todo estaba una enorme estrella fugaz, linda y única. Las gradas de la casa eran puro luces, al igual que la puerta y el techo de la entrada. Nadie va a olvidar eso, ni nadie lo va a poder hacer como tú lo hacías. Algunos hasta podrían dudar si lo hacías por fe o por el placer de inventar, yo digo que por los dos. A las doce, sagrado, abrir los regalos uno por uno cantando los nombres de todos. Me acuerdo que me negué a ser tu sucesor cuando me lo pediste, supongo que porque me sobra vergüenza y me falta carisma, y porque quise que tú lo hicieses una vez más.

La navidad era para todos nostros el momento más lindo del año, cuando todo lo que tú y tu amor lograron, se unían.

Y quién no lo pensaría, lograste construir una familia tan linda que hasta te casaste dos veces con la misma persona para reforzar tu amor. Celebraron contigo una vez más cientos de personas, porque ellos eran también eran parte de tu familia. Tu impresionante alegría, carisma y valor para conquistar lo que sea consiguieron cambiar a cada persona que tuvo el gusto y el honor de conocerte.

Pero Dios te dijo que ya era hora de partir y que tu enorme corazón ya estaba un poco agotado de tanto amor. No hubo ningún error, ni hubo tristeza, ni ocurrió una desgracia el 15 de marzo del 2007. Ese día decidiste descansar y dejarnos continuar el camino que nos señalaste, y aunque esta vez no era el momento de celebrar, estabamos felices.

Por eso hoy te escribo, porque gracias a ti estoy donde estoy. Me cuesta creer que a mi lado un hermoso lago se mueve tranquilo y que vivo a unos metros de él, y que hace un año estaba despidiéndome de ti abrazado del ángel que me regalaste. Quisiera haberte podido contar que en cinco meses me estaba yendo a Suiza, a aprender más de lo que tú me enseñaste, y ahora estoy aquí. Paseé por los mismos lugares que tú en París y me acordé de ti. “Londres te va a encantar”.

Además de un juguete, me arreglaste y regalaste una sonrisa. Gracias, porque hoy soy feliz y voy a cumplir con lo que me pediste. Un abrazo enorme desde abajo hasta arriba.

Tu nieto mayor

15 de marzo de 2008

FUE POR AMOR


Bastante me costó descubrir que sólo con ver el lago miles de cosas pueden salir de mi cabeza, pero más me costó descubrir cuáles son las que valen la pena, cuáles no, y cuáles puedo contárselas al mundo.

Al fondo se ve un barco de dos pisos con lujosas luces encendidas dentro y fuera del mismo, navegando por ahí, cruzando el lago de una orilla a la otra. Más a la derecha se ven pequeños veleros haciendo carreras cerca de los puertos y debajo de los puentes. En el muelle hay un barco enorme preparando motores para zarpar, quién sabe hacia dónde. Justo al frente se ve un trozo de tierra que resalta en la orilla, donde un faro pequeño da señales a los barcos de todo el lago. Mis pies están quietos, parados el borde del puente. Miro hacia abajo y veo los gansos buscando migas en el agua gris, a causa del reflejo del cielo nublado. Hace un día ventoso pero tranquilo, normalmente la gente aprecia más los días veraniegos que los días como hoy...hoy...hoy cumplo seis meses exactos en este lugar.

Me doy la vuelta y veo el otro lado de la ciudad. Cruzando la calle y llegando al otro borde del puente se aprecia uno de los lugares más bellos del mundo. El Limmat, un río que da al lago que ahora está a mis espaldas, casi inmóvil, brilla como por sí solo. Un puente tras otro unen la ciudad medieval con la ciudad moderna, iluminando el agua que sostiene montones de barquitos. A la izquierda se ven dos puntas enormes, una turquesa y otra negra, apuntando a un cielo enorme y puro, y debajo de ellas dos enormes relojes con manecillas del tamaño de varios hombres. Al otro lado está la catedral, con sus dos torres enormes de las que se admira todo el paisaje. Casa por casa y calle por calle uno ve un mundo conservado desde hace siglos, hermoso, tranquilo, limpio, alegre. No hay mucho más que pedir estando en semejante lugar. Pero por qué te dejé? Por qué vine hasta este puente entre un lago y un río?

No es que te dejé para llenar mi cabeza de cosas que cualquier otra persona puede encontrar. Vine justo por ti, para averiguar cómo es eso de que el infinito sí existe, y descubrir cómo se hace para que la eternidad se haga realidad y se encienda en nosotros. Cada vez que esas cosas salen de mi cabeza, los barcos, los veleros, los faros, los gansos, las iglesias, sus relojes, el río, las casas antiguas, las calles, el cielo, y siento esa tranquilidad, es que estoy aprendiendo a hacer de lo nuestro eterno e infinito.

"Yo volvía loco super chiflado, pasado, de vino; y ella se volvía loca en la cama...pero con otro tipo. Lo maté y ella tiró mi guitarra, al fondo, del río, ni siquiera me detuve a pensarlo, y le clavé un cuchillo. Fue por amor, fue por amor, fue por amor...por amor a mi guitarra"...tú eres mi guitarra y éso es lo que haría por ti.

1 de marzo de 2008

VIENTO, LLUVIA, NIEVE Y NOCHE

Quizas es porque ahora, al ver mi pasaporte, observo el 1990. Quizas es porque ahora veo en mi agenda el dos de diciembre tachado. Quizas es porque ya llevo mas de cien dias en Europa. Quizas es porque ahora, cuando me preguntan mi edad, mi respuesta es diferente a la de dos semanas atras. Quizas es porque estoy en el ultimo curso. Quizas es porque mi novia es mayor que yo, o quizas es simplemente el invierno que me hace sentir solo, creciendo y volando por mi propia cuenta.

No quize borrar mis textos anteriores para que se note cuanto he cambiado de abril a diciembre de este año, en dos otoños y dos inviernos.

Pase de meditar sobre dragones y coraje a relatar mis dias de invierno con una nube de piña. Dice Clara Barceló que un hombre conoce el mundo cuando besa los labios de una mujer, y dice Fermín Romero de Torres que un hombre despierta al desabotonar los primeros botones de la blusa de su novia. Sera por eso tal vez que siento que meses atras era alguien dormido, vagando en la insipidez, y sera tambien por eso que ahora desperte.

Viento, lluvia, nieve y noche es lo que ahora siempre me rodea. Duermo y despierto de noche. Camino al tren me moja la lluvia, desde el barco veo la nieve de los Alpes y al bajarme de el me golpea el viento.

Leo, escribo, me voy de vez en cuando al barquito y sigo vivo. Vos ya sabés...así te amo.

10 de diciembre de 2007

DIAS DE INVIERNO

Entre tu mirada y la mia, entre el viento frio que congelaba nuestros labios, entre esas gotas de lluvia que nosotros calentabamos tan solo estando juntos, entre el calor entre tu mano y la mia, entre todo eso nos rodeaba la magia de un invierno que nosotros nos encargamos de hacerlo unico, increible, irrepetible, el primer invierno contigo.

Mis ojos te seguian de un lado al otro cuando te movias, girando entre los soplidos que venian del horizonte. Tus ojos, ahi, haciendome dar vueltas, explorandote, conociendo tu caminar, tu hablar y mas tarde tu besar. Todavia no sabiamos lo que iba a pasar. Te vi, tenias un vestido y un amor, y no necesite nada mas para vivir. Te vi pasar arrastrando las olas del viento que cada vez se hacian mas frias, te vi caminando por ahi y por alla, dando vueltas en mi cielo al dormir y al despertar. Esos tus ojitos, lindos, hechiceros, mira que parecen dos luceros, mil y mil veces.

Cada manana era esperarte y hacerme esperar, ahi en el lugar de siempre, donde nos congelaba el frio de las siete y media de la manana, donde me hablabas y yo te escuchaba sin perder detalle, donde me dabas vida aunque no te lo decia. Y luego de diez minutos que me parecian infinitos contigo, me llevaba otra ola de frio que nos separaba, pero que daba una vuelta y nos juntaba otra vez.

Hasta sobrevivimos al peor frio de todos. A las cinco en tu casa! A vueltear por ahi, a sentarnos en el borde de la peor medicina contra el frio, un helado, pero que hasta podiamos tomarlo juntos estando separados. Y asi, mirando los dos al frente veiamos el mundo refugiado de la estacion mas fria del ano. La gente que pasaba, las senoras trotadoras, los camiones que me atormentaban los oidos, los cajeros que le hablaban al frio sin tener respuesta, el cajero inexistente de la huella digital, las fotos del amanecer, la primera foto! Sentarnos en medio del sendero que era solo nuestro, y de nadie mas. Los sustos de las sombras, los calambres helados, los duenos de la heladeria, el I Ching y la musica de la radio, sus chistes pesimos, las primeras cosquillas, la primera vez que me apoye en tu hombro para sentirme mas amado. La mantita que nos protegia cuando el sol aparecia en la montana, nos acompanaba hasta el barquito, y el mirador, y el otro mirador, y el otro mirador. Desde ahi veiamos las caras en los dos horizontes, a un Jesus sufrido, enorme a la derecha, y un viajante como dibujado por el viento del altiplano. No podiamos dejar de abrazarnos porque si lo haciamos, el frio volvia a atacarnos, y es que sin ti no habia calor por mas cerca del sol que estuviese. Desde ese barquito observamos un mundo que desde entonces no volvio a ser el mismo, era un mundo al que no podia tomarle atencion. Ya no tenia corazon ni ojos para nadie, solo para ti.

Y asi paso el tiempo, cosechando lo que luego se convertiria en algo indestructible. Dos frutas se encontraron un dia, o mas bien una noche, en la que todo y nada pasaron al mismo tiempo. Entre mareos y perdidas de memoria mis labios se encontraron con los tuyos, desafiando al mundo y al futuro. Con palabras profundas y roces que se convertian en caricias nos unimos de manera magica. Fue durante esa eternidad que nuestras vidas cambiaron y empezaron a dar vueltas juntas por el espacio. Lentamente, como cuando la nieve cae en un dia soleado, me diste el beso mas suave, el primero, de todos, que aun esta ahi, marcado en mi. Quien sabra cuanta energia desprendimos, y cuantas cosas que una persona normal es incapaz de comprender, solo nosotros. Entre mis ojos y los tuyos el invierno dejaba de ser invierno.

Dia tras dia alimentamos el cielo que de tanto que recibio empezo a llover. Entre la lluvia, el viento, el frio y la noche lo nuestro fue aun mas grande. Te robe y te lleve por mil lugares donde cada cosa que hicimos sigue aun ahi, marcada como algo imborrable. “Baby, did you forget to take your meds?” Cada dia a la misma hora. “Voy a correr ya?”, y lo hacia para volver a verte al dia siguiente. Cada mensaje de buenas noches, cada cancion y hasta cada silencio entre nosotros. Tan solo estando juntos, dia tras dia aprendimos como se vive de verdad, y de que se vive. No necesitamos leer ni viajar ni leer el periodico para saber que es vivir. Algo crecia a toda velocidad y ninguno de los dos lo podia evitar.

No olvido ni olvidare nunca los paseos por todo lado, el jabon, el sushi, cosas que nadie mas sabe y no tiene por que saber. Cada dia tenia una marca especial que se impregnaba entre la brisa invernal quedandose para siempre en el invierno. Como nos escapabamos, nuestras excusas, “morenia mia...voy a contarte hasta diez” y el ruido de alarma de bomberos siempre nos impedian poder seguir estando juntos, pues si era por nostros nos quedabamos la eternidad entera ahi, deleitando a los que nos veian desde arriba. No olvido la estrella que cada noche nos iluminaba para tener un sueno perfecto y seguir juntos, ni la nube a la que me llevabas de vez en cuando para matarme entre masajes y Bob Marley, anocheres y noches “terribles”. La hora azul, en la que el tiempo se detenia solo para darnos la oportunidad de seguir flotando en ese mar de caricias y besos que caian como plumas alrededor de nuestros lechos. Anoche sone contigo, y no estaba durmiendo, todo lo contrario, estaba bien despierto...

Tuvimos que atravesar una terrible ola de frio que casi nos hace caer, pero que al final la superamos, y llego el dia. Fue de nuevo en una nube. Te di una flor y con un beso hicimos de ese dia cuatro algo eterno. Paseos eternos por los lugares que el frio cubria como una capa. Batimos un record, y millones mas que tal vez ni nostros sabemos. Entonces fui tuyo.

Hoy ya pasaron cuatro mas de los diez que tenemos que esperar, y no todo es igual, es aun mejor. Durante el invierno aprendi de ti y aprendi de mi, le encontre un sentido a la vida. Por eso lo que siento por ti es infinito y eterno, va de aqui a las estrellas dando vueltas por todos los planetas, galaxias, cometas, volviendo aqui, a las calles por donde caminamos, a las casas donde me hiciste tuyo y yo te hice mia, al barquito, dando vueltas alrededor de nosotros y acariciando tus labios mientras miro tus ojos, todo al mismo tiempo y mas, infinitas veces hasta lo que dura la eternidad.

El invierno tiene el privilegio de poder llevar nuestra historia entre sus brisas de frio, entre las frias gotas y las hojas de los arboles, de los pinos. En el invierno esta marcado nuestro amor. Fueron esos dias de invierno los que hicieron de mi alguien que descubrio que es vivir, alguien tuyo.

¦Para mi amore¦

5 de diciembre de 2007

 
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